Antonio Muñoz Molina

Puente 129(2007)

Antonio Muñoz Molina

entrevistado en el Festival Passa Porta, el 22 de abril de 2007, por Bart Vonck, traductor de poesía española al neerlandés

En esta entrevista del autor de tantas novelas, cortas o largas, como Carlota Fainberg, Sefarad, En ausencia de Blanca, El viento de la luna -por citar solamente las últimas-, de crónicas, como la excelente Ventanas de Manhattan, y de artículos y ensayos, aparecieron varios temas centrales de su obra.

¿ Qué papel tiene el otro en su obra ? :
La novela existe solamente cuando el otro, el destinatario, la lee ; es como una partitura que otra persona interprete.
Por otra parte, escribir también es imaginar lo que le ocurre al otro, lo que pasa en su conciencia y, gracias a la observación, se pueden crear personajes compuestos de varios otros conocidos, y contar cosas que habrían podido suceder.
Siempre es cuestión de tomar un sendero y no los otros.

¿Cómo se fijan las observaciones?
Por ejemplo, para Ventanas de Manhattan, mientras paseaba por las calles, tomaba notas de todo en un cuaderno. Lo más difícil, después, siempre es escribirlo con palabras precisas ; es por que leo mucha poesía y literatura científica donde el lenguaje tiene un máximo de precisión.

¿ Qué relación hay entre la literatura y la realidad?
Depende del género literario. Para una crónica, hay una obligación de cercanía. En el caso del 09/11 en Manhattan, por ejemplo, era importante recoger las sensaciones inmediatas, como los olores (el de ceniza mojada, por ejemplo) que se añaden a la vista.
Si uno recordara los acontecimientos de septiembre de 2001 para escribir memorias unos veinte años después, sería diferente. Y si fuera una novela, se permitiría usar la ficción.La relación con la realidad cada vez es distinta y la verdad es distinta también.

En El País, hace algún tiempo, habló de un clima de « delirio » en la España de hoy. ¿Por qué ?
Vivo mucho tiempo fuera de España y me doy cuenta que, del exterior, los españoles somos todos parecidos : somos bajitos, morenos … ; ¡ y tenemos horas de comidas insensatas ! Pero lo que domina hoy en España es la pasión por la diferencia.
Me explico. La gente de mi edad nació en un país agrario y atrasado y además vivió en una dictadura brutal, zafia. Ahora, España es una democracia, y forma parte de la Comunidad Europea.
Pero, a veces, me parece un país al borde de otra guerra civil, a causa del separatismo y del nacionalismo local. Cada región de España quiere su particularidad en exclusiva : el flamenco es únicamente andaluz (aunque se sabe que hay una tradición de flamenco en Cataluña) y, aún peor, el Guadalquivir también. En cuanto al Ebro, ¡pertenece únicamente a Aragón !
Esta pasión del individualismo nos impide ver los problemas reales : ¿ cómo integrar la cantidad de emigrantes llegados a España desde hace varios años ? ¿ cómo construir una verdadera Unión Europea ?

Hablemos ahora del pasado ¿ Cuál es el papel de la memoria en sus obras ?
Se olvidó, durante largo tiempo, lo que pasó durante la guerra civil : abandono de España por las democracias en el 38, emigración de muchísimos españoles en el 39, apoyo dado a Franco por las democracias en los años 50-60… En los años ochenta y noventa, la gente pensaba más en el futuro. Por ejemplo, en 1995, se celebró el aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, en donde murieron varios miles de españoles. No hubo ni un solo representante del gobierno español.
Y, de verdad, es difícil ejercer la memoria, sobre todo en el caso de una guerra civil, y hay que distinguir entre memoria individual y memoria colectiva.
Para mí, la memoria sirve para salvar del olvido, claro, pero también para imaginar lo que pudo pasar.

¿ Cómo funciona esta imaginación ?
Me permite fabular a partir de la realidad vivida ; por ejemplo, los recuerdos de los ancianos de la familia, de lo que decían o lo que callaban, y de las versiones contradictorias de las cosas. Cuando lo oía, de niño, « Azaña » era un diablo o un héroe, según quién hablaba.

¿ No es el caso de su primera novela, « Beatus Ille », donde el epígrafe es « Mixing memory and desire » una cita de T.S. Eliot ?
Sí ; en esta obra hay un narrador casi secreto, a la vez incluido en la historia y fuera de ella. También en « Invierno en Lisboa », después de varios intentos, utilicé por fin la primera persona ; así está el narrador dentro de la acción.

Su novela « Sefarad » también es una mezcla de personajes reales y de ficción, escrita en parte en primera persona.
No es una novela unitaria. Son fragmentos quizás desordenados de vidas distintas, de las novelas que todos llevamos dentro de nosotros. La vida es un desorden, siempre inacabado.
Pensemos en lo que dice a Don Quijote el galeote Ginés de Pasamonte, que está escribiendo un libro : « ¿Cómo voy a terminar mi libro si no he terminado mi vida ? »

Ya publicamos en Puente varios artículos sobre Antonio Muñoz Molina ; doy algunos títulos, esperando no olvidar demasiadas colaboraciones :

N° 104, enero de 2001 : reseñas de El dueño del secreto y de Carlota Fainberg (por Josine Cancelier) y de Ardor guerrero (por Rodolphe Stembert)
N°105, abril de 2001 : reseña del libro de María Teresa Ibáñez Ehrlich Los presentes pasados de Antonio Muñoz Molina (por Myra Ohles)
En el mismo número, recuerdo fotográfico de un taller pedagógico animado por Anne Casterman sobre Un invierno en Lisboa
N° 107, octubre de 2001, reseña de Sefarad (por Rodolphe Stembert)
N° 126, septiembre de 2006, reseña de Ventanas de Manhattan (por Josine Cancelier)

Josine CANCELIER