Entrevista a Mimount Kallouz

Puente 181 (septiembre 2021)

¿Quién eres?  ¿Puedes presentarte?

Hola, soy Mimount, Mimi en Bélgica para los amigos y ahora Mona para los alemanes 😊.

¿Cuál es tu relación con Bélgica?

Estudié filología románica en España y más tarde psicología de la educación. También empecé un doctorado en estudios franceses y francófonos que terminaron en la defensa de la tesis, embarazadísima, desde el despacho de la directora del Instituto Cervantes en Berlín.

¿Podrías describir tu carrera profesional, los pasos que influyeron en donde estás ahora?

Estuve un año en Paris , en la universidad Paris X, que resultó intenso y enriquecedor. En el año 2003 llegué a Bélgica siguiendo a un belga, del que me había enamorado en París.

Mi experiencia en Bélgica fue una de las mejores en mi vida. La gente me acogió con los brazos abiertos y se me puso en bandeja un abanico de oportunidades que otros países no ofrecen tan fácilmente.

En ningún momento me sentí rechazada ni tropecé con obstáculos que me hubiesen impedido alcanzar mis metas.

Mi integración fue inmediata, tanto en la comunidad francófona, donde trabajé como profesora de español en un Athenée, como en la comunidad flamenca. En esta última se me concedió la oportunidad de enseñar en un CVO de Bruselas sin hablar una palabra de flamenco. Eso sí, tenía de plazo 3 años para sacarme el C1. Por supuesto yo me matriculé enseguida a cursos del CVO y en 2 años ya  lo tenía.

Ahora trabajo en una escuela de secundaria en Berlín y estoy muy contenta. Pero Alemania no me ofreció nada, desde el principio me encontré con puertas cerradas que fui abriendo con mucho esfuerzo y perseverancia. En Alemania ningún extranjero puede empezar a trabajar como profesor si no tiene el C2 en alemán.

Superé la prueba y aquí estoy dando clases de francés, español y ética.

¿Cómo impactó el COVID tu vida?

En el 2020 estuvimos desde diciembre hasta abril en Homeschooling. Fue una experiencia bastante amarga, nada fácil, porque Berlín, no sé de los demás Bundesländer, no estaba preparado para ese gran desafío. Muchos alumnos no tenían ordenador en casa, otros sin internet. Las videoconferencias fueron al principio un desastre. Yo terminé grabando videos e improvisando para que los alumnos tuvieran acceso a un mínimo de aprendizaje. Luego llegaron los Ipads que regaló el ministerio de educación a muchos alumnos pero nos encontramos con otro problema: muchos no sabían utilizarlas o no podían imprimir.

Pero bueno, lidiamos mucho y conseguimos seguir en contacto con los alumnos. A veces pensaba que si no me gustara la educación, no habría podido aguantar.