A comienzos de este 2020, el año que acababa de empezar nos sorprendía con un gran cambio que no imaginábamos. En muchos aspectos, nos vimos afectados por un potente virus que invadió nuestro planeta y que fue también la entrada triunfal de las clases en línea.
Bien sabemos que toda crisis tiene sus ángulos positivos. La cuestión es empezar a mirar las situaciones desde perspectivas nuevas y con una mente que se abre a lo que surge en todo cambio.
Los profesores del español, veníamos flirteando con las plataformas digitales y probando con ellas, nuevas formas de dar clases a distancia pero la realidad es que no a niveles como la de hoy día. Ese intento con la ayuda de la tecnología había sido hasta marzo del 2020 muy discreto. Me atrevo a decir, casi inexistente.
El uso de las plataformas digitales en la enseñanza de lenguas siempre había estado ahí pero una enorme mayoría aún no las había utilizado. Comenzar a dar clases en línea fue y es una opción válida, además de segura para alcanzar nuevas metas en nuestro trabajo.
Hoy sabemos que es ilimitado todo lo que podemos explicar, enseñar, compartir, ilustrar, realizar con los estudiantes en una clase ¨online¨. Y no solo clases sino, como bien sabemos, cursos, workshops, debates, webinars y un sinfín de tareas relacionadas con nuestro mundo de la enseñanza.
Para nosotros los profesores de español, marzo del 2020 se había convertido en un reto a alcanzar. Una valla que no debía ser un obstáculo.
Desde ese entonces hemos descubierto, desarrollado, intentado y logrado diferentes formas de acercarnos a la enseñanza, de ser, aún más, profesores cercanos al estudiante. Es cuestión de que la distancia física que existe en las clases en línea no se sienta apenas y esté equilibrada por la efectividad de nuestras clases en lo referente a lecciones didácticas divertidas, cercanas, recurrentes y en donde el profesorado motive a los estudiantes a seguir y los estudiantes estén motivados de manera constante. Sabemos que existe una diferencia entre clases presenciales y clases en línea pero la cuestión es que estas se igualen lo más posible. Contamos para ello con las plataformas digitales, nuevas herramientas que nos ayudan en nuestra tarea y que incentivan al estudiante a acercarse a la enseñanza desde un lugar divertido, didáctico, moderno, renovado para el aprendizaje de lenguas modernas en tiempos diferentes.
También conocemos la efectividad de la afectividad en la clase y que esa clase en línea no implique ¨distancia¨.
Mi experiencia ha sido y es muy buena en lo referente al uso de las plataformas digitales ya que utilizo esto desde hace muchos años. Compartir es crecer y por eso comparto aquí con todos ustedes mi experiencia con campus.difusión que es la plataforma digital con material interactivo, libros digitales, vídeos explicativos, audios con texto y explotación didáctica de la editorial ELE Difusión/Talenland. Esta editorial nos acerca todo lo que el profesorado necesita para dar unas clases en línea divertidas, cercanas, auténticas porque utiliza textos sobre temas actuales, vídeos que hacen nuestras clases mucho más interactivas, con explotación didáctica para trabajar en la clase online y en donde los estudiantes desean continuar aprendiendo nuestra lengua a pesar de esa posible nube de desgana que se suele avecinar en estos tiempos.
La motivación en la clase solo es posible si hay una verdadera interacción entre estudiantes y profesores, una clara dirección con materiales que atraigan la atención y para ello debemos utilizar plataformas que alcancen esa meta que todos nosotros, los profesores de lenguas deseamos alcanzar.
Myriam Suárez Sosa
Profesora de español ELE