La importancia del juego en el aprendizaje

Puente 174 (diciembre 2019)

Taller impartido en Groningen y Helmond junto con Talenland y Difusión

Los profesores de idiomas conocemos la gran importancia de la presencia del juego en el aula ya que este otorga la posibilidad de ¨simular¨ una situación real. -Esta simulación¨ convertida en juego lleva a una inmersión más profunda en el aprendizaje porque todo involucramiento activo como es el juego conduce a un aprendizaje más efectivo. El juego además agrega participación dentro de un grupo, lo que hace aún más productivo y ameno el aprendizaje de una segunda lengua.

Si vemos el aprendizaje en el caso de los niños, ellos juegan naturalmente como parte de una experiencia vinculada al desarrollo en sí mismo. Jugar representa integrar la creatividad y la práctica para dominar lo aprendido.

Jugar es una experiencia vinculada al placer que permite descubrir, experimentar, crear, conocer, inventar, compartir, atreverse, soñar y expresarse desde múltiples lenguajes. ( Malaguzzi, 2001 )

Nos gusta jugar porque al hacerlo, nuestro cerebro libera dopamina que hace que la incertidumbre asociada al juego nos motive constituyendo una auténtica recompensa cerebral y que exista ese feedback tan importante para el aprendizaje.

El juego no solo otorga la práctica de lo aprendido sino que interioriza y consolida lo aprendido, además en la adquisición de una lengua extranjera permite llegar junto con otros a la meta propuesta.

Existen algunas cuestiones claves en las que el componente lúdico resulta imprescindible. Estos son los factores identificados por Anna Forés y Marta Ligioiz ( 2009 )

  • Placer y satisfacción: a través de la necesidad natural que constituye el juego, el alumno explora y asume con normalidad el error porque le permite mejorar y eso construye una gran satisfacción. Disfruta el proceso.
  • Estimula la curiosidad: el juego permite al alumno descubrir nuevas oportunidades y le hace ser más creativo. Ir avanzando requiere que se vaya preguntando continuamente sobre qué decisiones tomar.
  • Estimula el afán de superación, de reto y la autoconfianza: el feedback generado a través del juego hace que el alumno persevere y siga afrontando nuevos retos. Y esto mejora la autoestima, el reconocimiento social del resto de los compañeros y constituye una estupenda forma de fomentar la resilencia. (La resilencia es la capacidad de las personas para adaptarse a las situaciones adversas. )
  • Supone una oportunidad de expresar los sentimientos: al jugar se expresan de forma natural las emociones. El alumnos asume su protagonismo y en la vorágine del juego se manifiesta tal como es.
  • Favorece la interiorización de pautas y normas de comportamiento social: cualquier juego tiene sus propias reglas que se deben conocer y respetar. Muchos alumnos que son incapaces de mantener unas normas elementales, durante el juego se muestran respetuosos con las mismas.
  • Estimula el desarrollo de funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales: dependiendo del tipo de juego ejercitaremos unas funciones corporales u otras.
  • El juego facilita el aprendizaje cooperativo.

El proceso neurocognitivo: el atractivo de la incertidumbre

Hoy se sabe que tanto en el nivel neuronal como en el conductual lo importante para el aprendizaje es la anticipación de la recompensa y no el simple premio.

El juego capta la atención del alumno y su cerebro se motiva a través de las continuas predicciones que va haciendo.

Los profesores de lenguas debemos saber que la elección del juego es importante porque ha de suministrar los retos adecuados que permitan, a través de un feedback continuo, ir superando etapas del juego y así manteniendo el interés y motivación para la tarea.

Se ha comprobado que los estudiantes son capaces de asumir mayores riesgos cuando las tareas se presentan como juegos ( Howard-Jones. 2011 ) y también que la formación de la memoria explícita está directamente relacionada con la activación del sistema de recompensa cerebral. En definitiva, el atractivo de la incertidumbre es lo que permite explicar la atracción que mostramos por el juego.

En el mundo infantil sobre todo, jugar es no estereotipar, es cambiar el orden de las cosas, inventar caminos, transformar la mirada, simbolizar, movilizar reglas, convertir, crear, desarrollar los sentidos. El juego permite entrar en un terreno en el que construir es esencial, poner en cuestión, trasgredir y probar nuevas versiones individuales y colectivas, pensar y sentir con otros. Todo esto lo podemos llevar sin duda a la enseñanza de una lengua extranjera para niños, adolescentes y adultos.

A través del juego en el aula, los docentes tenemos la oportunidad de enseñar relacionando el placer de jugar con el aprendizaje y a la vez construir puentes de comunicación muy fuertes. En el aprendizaje de lenguas esto es fundamental.

Es importante destacar que hay que mantener el espíritu libre y creativo del juego y a su vez coordinar el espacio o escenario lúdico, el tiempo, la dinámica, los roles. Los docentes debemos guiar el juego desde una perspectiva libre para que el estudiante cree su propias formas de llegar a la meta del juego en sí.

Debemos tener cuidado de no interrumpir el clima del juego y de la creatividad que se está desarrollando ya que el poder del juego radica en la práctica comunicativa en la que están sumergidos durante el mismo.

Myriam Suárez Sosa

Profesora de ELE