Puente 123(2005)
1). PARA RESUMIR…
El quetzal es un espléndido pájaro tropical, símbolo de libertad y de poder para las civilizaciones Azteca y Maya. Esta imagen fue elegida para representar la expedición Ruta Quetzal, que tiene el objetivo de agrupar a adolescentes de todo el mundo, en un viaje por dos continentes: Europa y América.
Al reunir a jóvenes de vida, educación e ideas diferentes, la expedición propone una formidable aventura humana que mezcla a más de trescientos adolescentes de cincuenta y dos países de Europa y América, sin olvidar China, en todo un programa educativo que incluye visitas, conferencias y viajes.
La Ruta tiene lugar cada año en un país de Sudamérica y en España, y dura tres semanas en cada continente.
Este año, el país de América era el Perú y nuestro itinerario en España era doble: con por un lado, el camino del Quijote y, por otro, el País Vasco.
2). EL PERU : LA AVENTURA EN TODAS PARTES
1. Iquitos y Amazonia (Selva tropical).
La parte del viaje más fantástica, para mí, es la del Amazonas.
Tras dieciocho horas de avión hasta Lima, y luego dos o tres horas de vuelo hasta Iquitos, nos incorporamos al campamento en autobús. El día siguiente, visitamos la ciudad y su mercado. El campamento era provisional porque esa misma noche, nos embarcamos para pasar tres días en dos inmensos barcos que nos condujeron a una reserva nacional situada selva adentro.
No había duchas ni agua limpia, pero el viaje fue fantástico y todos éramos concientes de la maravillosa oportunidad que disfrutábamos : poder contemplar el Amazonas y la selva más grande del mundo, el «Pulmón de la tierra».
El ambiente que había en los barcos era simpático y permitió la creación de un coro, del que yo formaba parte. Aprendimos canciones mayas, africanas… Al final del día, nos juntábamos todos en el puente del barco, cubiertos de crema anti mosquitos, para contemplar el resplendor del sol en el Amazonas, de donde salían miles de lentejuelas a la luz del crepúsculo.
El momento más impresionante del viaje fue el día pasado a bordo de pequeños barcos indígenas llamados «peque-peques», con una veintena de personas a bordo. Durante toda la mañana, navegamos tranquilamente, viendo pájaros a ras del agua, buscando monos entre los árboles, mirando el río para localizar peces o reptiles… hasta la llegada a la reserva natural. Allí vi muchos animales cuya existencia desconocía y pude realizar uno de mis sueños : entrar en la selva amazónica. Por la noche, vuelta a las embarcaciones y luego a nuestros respectivos barcos.
Volvimos a Iquitos y, al día siguiente , nos levantamos a las cinco de la mañana para tomar el avión para Cuzco.
2. Cuzco, Ayacucho,… (Montaña).
La parte del viaje correspondiente a la montaña era la más importante y la más larga porque pasamos por diferentes ciudades donde dormimos a veces cuatro noches, otras una sola.
Hacía un tiempo agradable durante el día, pero la noche (desde las seis de la tarde hasta las siete de la mañana), era gélida. Había hielo en las mochilas por las mañanas. Hacíamos una sesión de aerobic para despertarnos y, sobre todo, para calentarnos un poco, porque estábamos congelados en las tiendas.
Después íbamos en grupos a ver yacimientos arqueológicos: de vestigios incas, del Machu Picchu, de ciudades antiguas, de minas… y los trayectos eran a veces más largos que la visita. Todo era bonito, pero a menudo teníamos la impresión de estar siempre subiendo sin bajar nunca. A veces, los vendedores ambulantes nos abordaban por la calle para vendernos postales y recuerdos. Mucha gente se paseaba con bonitos trajes de colores y con llamas para que los turistas pudieran sacar fotografías.
Las bellezas del paisaje nos hicieron olvidar las catorce horas de autobús necesarias para llegar a Nazca.
3. Lima y las líneas de Nazca (costa).
Nazca y Lima fueron dos etapas cortas pero agradables.
Tuvimos la oportunidad de contemplar el desierto y las líneas de Nazca y admirar dos figuras,obras de arte. Una representaba unas manos, otra un inmenso árbol. La mayoría de las otras figuras son animales gigantescos. Estas líneas son un verdadero enigma porque se ignora su utilidad. Son tan grandes que no se las puede ver más que desde el avión o desde una alta torre de observación.
Visitamos también la capital, Lima, y fuimos al palacio presidencial para la ceremonia del final de la expedición en Perú. Unas horas más tarde, embarcamos en el aeropuerto rumbo a España.
3). ESPAÑA : EL ITINERARIO DEL QUIJOTE.
1. La ruta de Don Quijote.
El tema de la Ruta en España era para festejar los cuatrocientos años de la publicación del Don Quijote. Así pues, seguimos las huellas del héroe.
Primero fuimos a Madrid para descansar unos días y visitar la ciudad y luego nos pusimos en marcha para Alcalá de Henares, la ciudad de origen de Cervantes y, en consecuencia, del Quijote. Comenzó entonces un largo viaje que pasó por los famosos molinos de viento que atacaba Don Quijote y por la bonita ciudad de Toledo, para conducirnos al palacio real. El rey y la reina de España nos recibieron en una ceremonia durante la cual cada uno llevaba orgullosamente ropa típica y la bandera de su país de origen.
A continuación fuimos hacia Tordesillas y Valladolid, donde fuimos recibidos por personalidades y representantes oficiales.
También visitamos la espléndida y suntuosa catedral de Burgos, símbolo del arte gótico en España. Después de esta etapa, entramos en el País Vasco.
2. El País Vasco.
Fue la etapa más penosa, pero la más profunda de toda la Ruta. Penosa, porque teníamos que caminar con todo el equipo a cuestas durante los cinco o seis días de descubrir pueblos, pero profunda porque las amistades ya eran sólidas y nos ayudábamos mutuamente a seguir adelante.
Salimos de Vitoria y todos los días descubríamos una región de independencia y libertad, a nuestro paso por ciudades y pueblos. Pasamos así por el santuario de Loyola y por el museo Chillida Leku, en donde dormimos, en el jardín de estatuas.
Nuestra marcha acabó en San Sebastián, espléndida ciudad al borde del mar. Después de dos días de descanso, salimos, para llegar por fin a Bilbao, en donde finalizó la expedición, en el nuevo y sorprendente museo Guggenheim.
4). VIDA COTIDIANA.
La vida en el campamento no siempre era fácil, sobre todo con una inmersión lingüística tan fuerte. Dormíamos en tiendas de tres, que debíamos cargar con el equipaje y cada vez teníamos que establecer nuestro campamento por grupos.
Para las actividades, las visitas, las tiendas, las comidas y la organización, se formaban grupos no mixtos de dieciocho jóvenes. Los grupos se diversificaban mucho y había gente de todos los continentes en cada uno de ellos.
Según el país o la región en que estuviésemos, comíamos platos típicos del lugar, lo que significa que, en Perú, comimos arroz y pollo todos los días. Probamos también la cocina vasca.
El ritmo de la expedición era bastante rápido porque el programa estaba bastante cargado y sólo teníamos tiempo libre en las ciudades importantes. Aprovechábamos el tiempo libre en el campamento para lavarnos, descansar, escribir, hablar con la gente, o cantar juntos canciones de nuestros países.
5). ENCUENTROS.
La Ruta fue, para mi, una espléndida ocasión de encuentros e intercambios de ideas, de puntos de vista, de cultura y, sobre todo, de vida. A mi parecer todos crecimos de una manera especial, enriquecidos con ideas nuevas y un mejor conocimiento de nosotros mismos. Es una oportunidad única para crear lazos de amistad con gente de todo el mundo y recuerdo una frase del rey de España, Don Juan Carlos : “Ruta Quetzal BBVA constituye una de las mejores embajadas entre España y América”.
Para mí, la Ruta no es el itinerario en Perú, no es el camino hecho a través el País Vasco. Pienso que es el camino de mi vida hecho en compañía de otros trescientos dieciocho caminos completamente diferentes, durante seis semanas, para formar una Ruta por todo el mundo. Es un camino que se comparte, que se crea y que evoluciona gracias a los otros y que nunca debe acabar porque gracias a estos vínculos mundiales, podremos cambiar las cosas mañana y, quien sabe, hacer que el mundo sea mejor algún día.
Méline GERARD
expedicionaria belga de la Ruta Quetzal 2005